Tras haberse visto interrumpida por la pandemia de covid-19, el papa Francisco bautizó a 16 bebés en el esplendor de la Capilla Sixtina, recuperando una tradición vaticana con décadas de historia.
Francisco dijo a los padres de las nueve niñas y siete niños a quienes recibió formalmente en la Iglesia católica a través del bautismo que su deber era “preservar la identidad cristiana” de sus hijos.
Como ya hizo en el pasado, el pontífice trató de tranquilizar de inmediato a los padres diciéndoles que se asegurasen de que los bebés, con vestidos de encaje y volantes y envueltos en suaves mantas de lana, no pasaban demasiado calor durante la larga ceremonia en la sala que acoge los cónclaves secretos en los que los cardenales eligen a los papas.
